miércoles, 12 de diciembre de 2007

Un gesto hermoso


Un agricultor de mi pueblo que tiene contratadas algunas mujeres extranjeras para la recolección del broculi, conoció que una de ellas, polaca, había perdido a su padre recientemente. Ante la imposibilidad de ir a Polonia, porque ya tiene billete para las vacaciones de navidad, el empresario vino a pedir una misa en recuerdo del fallecido e invitó a la hija y empleadas a asistir a la eucaristía. Gestos sencillos pero tan importantes para la convivencia y para que nuestros emigrantes se sientan acogidos y tenidos en cuenta no sólo como mano de obra sino como personas.
Señor, ábreme los ojos para descubrir cómo vienes a mi cada día....

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