domingo, 21 de octubre de 2012

jueves, 18 de octubre de 2012

Coronaciones

Comida de curas el lunes pasado.  Un compañero nos comenta la celebración de la Coronación de la imagen de la Virgen de su pueblo, cómo lo está preparando todo, la invitación que ha hecho a otros pueblos para que lleven sus imágenes de la Virgen.  Nos presentaba el póster anunciador del evento realmente bien hecho y bonito.
Le pregunto: 
-Oye fulano, ¿realmente crees que están los tiempos para andar con coronaciones de Vírgenes?
-Pues claro que sí -me responde- es la religiosidad popular que mueve mucha gente y hay que cuidarla bien.
-Sí, -le digo- pero ¿no crees que eso de la coronación, en este tiempo, puede más repeler que acercar?
-Bueno, es tu opinión, -me dice- creo que no comprendes la religiosidad popular, son necesarias las mediaciones....

En esas estamos, cuando saca la factura de las coronas  que alcanza los 6.200 €.  Un compañero que nos está escuchando dice jocoso, que seria mejor emplearlo en los pobres...

Pienso que la coronación de imágenes es algo que podía entenderse en siglos anteriores, en una socidad piramidal, clerical, como una exaltación de la persona a lo más alto del estamento social, en este caso de la Virgen, pero en la actualidad creo que esa exaltación no se refleja bien con la imposición de una corona, más bien es un signo que hay que explicar y contradictorio, como cuando explicamos la fiesta de Cristo Rey: un rey que no tiene nada que ver con los reyes de este mundo, pobre, humilde y siervo... Y un signo que hay que explicar pierde su significado... por no hablar de que la sensibilidad de las personas de nuestro tiempo es más democrática, más plural, menos estamental y desde luego la realeza tal como se da, ya no representa la excelencia y deja muchas veces mucho que desear...
Es cierto que la religiosidad popular nos permite un anclaje con la gente de nuestros pueblos, y es expresión de una genuina devoción popular.   Pero creo que las formas deben cuidarse y evolucionar.   Me gustó el gesto de esa parroquia andaluza que en las fiestas del pueblo pidió cambiar las flores de la virgen por alimentos para los pobres.  Necesitamos más imaginación y sensibilidad hacia las personas de nuestro tiempo, lo que piensan y sienten.  Dicho lo cual, ojala esa fiesta de coronación reavive la fe de todos.