viernes, 2 de noviembre de 2012

Difuntos

Me gusta pasear por el cementerio en este dia 2 de noviembre, ya no hay las aglomeraciones del dia de Todos los santos, además hoy acompañaba una luminosa mañana, con el sol caldeando mi cuerpo y reflejándose en las lápidas.  Me sorprende la cantidad de gente que reconozco en sus nichos y es que llevo ya 11 años en este pueblo y calculo que he enterrado a unas 380 personas que se dice pronto.   Me paro siempre delante de la lápida que recoge a cinco jóvenes que murieron carbonizados en un accidente de tráfico en los años 80,s y no pudiendo reconocerles los pusieron a los cinco en la misma tumba.  Siento todavía en mi corazón el eco que me viene del sufrimiento yla desolación de aquel día que supuso un cataclismo para mis ovejas...  Caras y nombres que van pasando a mi vista, algunos sonriendo desde la foto que eligió su familia para la lápida... Siento tristeza y nostalgia, recuerdo también a mis muertos...   Llego a la capilla donde celebro la eucaristía con unas 60 personas, y escuchamos las palabras de Jesús en el evangelio:  "yo soy el camino, la verdad y la vida":  invitándonos a creer en El, a no tener miedo, a renovar nuestra esperanza en sus promesas.  Y el corazón queda sosegado, la tristeza desaparece, aunque queda un poco de melancolía.   Y pienso que cualquier dia tendré que celebrar el funeral de mi madre... y  ya por edad, un día no muy lejano, mis restos descansarán en el cementerio de mi pueblo, ¿habrá alguien que me recuerde? ¿alguien que vaya a visitar mi tumba?....me doy cuenta que eso no me importa nada, porque lo único que me importa es estar ya con El y estar si El lo quiere, con El para siempre.  Jesús mi hermano, mi amigo, mi amor...

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