sábado, 7 de junio de 2014

Homilía Pentecostés



              
Celebramos hoy el nacimiento de la Iglesia.  San Lucas nos cuenta cómo fue este nacimiento.  Los discípulos habían visto vivo al Señor, pero seguían teniendo miedo de los judíos, tenían miedo de acabar asesinados como su Maestro.  No sabían qué hacer, ni qué predicar, ni a dónde ir. Tampoco comprendían muy bien todo lo que Jesús les había dicho.  Sólo recordaban su promesa de enviarles su Espíritu.  Por eso se habían juntado a rezar junto a la madre de Jesús, para pedir el Espíritu que Jesús les había prometido.  Y he aquí que de pronto,  sin saber muy bien cómo, se sintieron llenos del Espíritu Santo.  Y empiezan a comprender, y dejan el miedo y con valentía salen a la calle a anunciar a Jesucristo, y muchas personas les escuchan y les entienden, y comienzan a juntarse en comunidades que escuchan la palabra de Dios y comparten lo que tienen...  Así de sencillo y así de extraordinario es el comienzo de la Iglesia, nuestra Iglesia, de la que  todos formamos parte.     Fue el Espíritu el que estuvo presente junto a María en el momento de la encarnación de Dios.  Es el Espíritu el que está presente también junto a María en el momento del nacimiento de la Iglesia.  Y es el Espíritu el que a lo largo de los siglos va agregando a la Iglesia, gente de toda raza y condición,  el que nos explica la vida de Jesús, y el que nos anima a seguir con la misma misión de Jesús: anunciar el amor de Dios y trabajar por su Reino.

          La vida del cristiano es pues, la vida del que se deja guiar por el Espíritu.
Por eso hoy y siempre, nuestra oración ha de ser la misma que la de los primeros discípulos, pedir al Padre que nos dé el Espíritu Santo para que podamos vivir, morir y resucitar como Jesucristo.    Pero ¿qué significa dejarse guiar por el Espíritu?.   Vivir según el Espíritu de Jesús, puede significar hoy entre otras cosas:
·     Resistir la seducción de la publicidad, no malgastando el dinero en comprar lo que no necesito.
·     Seleccionar los programas que vemos en la TV y no dejar contaminar nuestro espíritu por lo soez, vulgar, y poco edificante.
·     Tratar de vivir un par de meses con el salario mínimo, para saber lo que es eso. Y el resto donarlo a Cáritas, al Tercer Mundo o a cualquier obra benéfica.
·     Además de instar al Gobierno a que dé el 0,7% para ayudas al Tercer Mundo, empezar por dar de mis ingresos el 1%, que eso sí depende de mí.
·     Tomar en serio la ecología, cuidando no sólo la naturaleza, sino también la ciudad: las calles, los edificios públicos, etc.
·     Ser más tolerantes, más pacientes, saber descubrir siempre el lado positivo de las personas y acontecimientos,  mantener limpias las palabras y la conversación, etc. etc...

          Que Santa María la esposa y compañera fiel del Espíritu, la madre de la Iglesia nos ayude a vivir según el Espíritu, para que juntos alcancemos la vida eterna.

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