domingo, 28 de septiembre de 2014

Homilía domingo 26º T.O.A: Invitación a trabajar en la viña



            
Estamos en tiempo de vendimia, nuestros campos van a darnos el preciado fruto de la vid.  La palabra de Dios se une a este acontecimiento anual y nos habla de viñas y de vendimia, el domingo pasado nos hablaba de un amo que contrata a obreros para trabajar en su viña y paga a todos igual, a los de la primera hora y a los de la última.  Hoy nos habla también de un padre que manda a sus dos hijos a trabajar a la viña, los dos responden de distinta manera, uno le dice que sí pero luego no va, el otro le dice que no pero luego va. 

Una primera interpretación de la parábola nos dice algo sobre la falta de coherencia del ser humano,  esa contradicción entre lo que decimos y hacemos.  Pero volvamos a la parábola. Recordamos que Jesús está hablando a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, esto es, a las autoridades religiosas y civiles.   Y es a ellos a los que dirige la tremenda conclusión de la parábola: “os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”. Es como si Jesús nos dijera hoy, “atención, mirad bien a vuestro alrededor, no os dejéis engañar por las apariencias, porque los que más están trabajando por un mundo mejor son quizás los marginados, la escoria de la sociedad, aquellos que reconociendo sus errores, son capaces de reconstruir su dignidad y entregarse a los demás silenciosamente, humildemente, en la familia, en el trabajo. Nadie sabe de sus vidas, no son famosos, nadie les va a felicitar por lo que hacen, pero han encontrado en su corazón el tesoro de un Dios que les sostiene y anima.  Y por otro lado, quizás, los dirigentes políticos y religiosos, esos que se alzan sobre grandes discursos, esos que prometen y prometen, acaben trabajando sólo para sí mismos, enredados en su egoísmo y orgullo.

        Y nosotros? aceptamos la invitación de Dios a trabajar en su viña?

jueves, 25 de septiembre de 2014

El Bien y el Mal

       
          
            Pocos días como hoy nos traen noticias de cómo se dan el bien y el mal en nuestra naturaleza humana.  El religioso García Viejo ha muerto hoy por contagiarse del ébola en un hospital de Sierra Leona, en el que servía desde hace mas de 30 años.  Y el pederasta A. Ortiz es capturado por la policía.   Estas dos personas nos hablan de que los seres humanos podemos ser capaces de lo mejor y de lo peor.  Y que a menudo, la diferencia está en la educación y en recibir cariño de pequeños, que nos permita crecer en auto-dominio y auto-estima. 
           Alabanza para la orden de San Juan de Dios, a la que pertenecian Manuel García Viejo y el Padre Miguel Pajares. Gracias por este maravilloso testimonio.