martes, 8 de diciembre de 2015

Madre

      La madre de Teresa murió cuando ésta tenía catorce años. "En cuanto empecé a caer en la cuenta de la pérdida que había sufrido, comencé a entristecerme sobremanera; entonces me dirigí a una imagen de Nuestra Señora y le rogué con muchas lágrimas que me tomase por hija suya". Así describe Santa Teresa de Jesús en el libro de su vida, su experiencia al perder a su madre.   

     Pensé en este pasaje de la Santa, estos días que he perdido a la mía.  Y como ella, yo también me dirijo hoy a ti, Madre del Cielo pidiéndote que seas desde hoy seas mi madre, no sólo como un título con el que me dirigía a ti hasta ahora, sino sintiéndote como madre de verdad.  Y como hacía con Carmen aquí, te llamaré al menos dos veces al día, para saludarte y contarte algo de mis alegrías y tristezas, mis preocupaciones.  Los domingos que comía y pasaba la tarde con ella, te rezaré el rosario de una manera más pausada de lo habitual.  Y procuraré ocuparme de tus asuntos, cuidando que nada te incomode u ofenda, que nada te falte... como hacía con mi madre.   

    Madre del Cielo, María, no me dejes nunca de tu mano, hasta que un día puedas tú ponerla de nuevo en las manos de mi madre Carmen, y allí en el Cielo juntos, contigo y con tu Hijo, mi hermano mayor, Jesús, vivir felices para siempre.