sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
lunes, 17 de marzo de 2008
Firmamento
Noche clara y luminosa, en el zenith la luna cabalgando creciente sobre La Osa Mayor, seguida de Orión...¡qué espectáculo tan magnífico! qué mejor que las palabras del salmista (Sal 19) para expresar una visión así:
"Los cielos cuentan la gloria de Dios,la obra de sus manos anuncia el firmamento;
el día al día comunica el mensaje,y la noche a la noche trasmite la noticia.
No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír; mas por toda la tierra se adivinan los rasgos..."
El vivir en un pueblo, entre otras ventajas, tiene que a pocos minutos de la población, se puede contemplar el espectáculo maravilloso de una noche estrellada. Par mí, pocas cosas hay en la vida tan fascinantes y que procuren tanta admiración. También pocas cosas que puedan abrir tanto el corazón humano a la trascendencia como la contemplación del firmamento. A los chavales en la catequesis alguna vez les invito durante el año a que, sobre todo en primavera y verano, salgan un rato despues de cenar, a dar un paseo y admirar lo que la naturaleza nos ofrece, y que eleven su corazón a Dios dándole gracias por tantas maravillas.
Etiquetas:
mis cosas
Publicado por
Diario de un cura de pueblo
en
23:28
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3 comentarios :
Hola padre:
Excelente su blog, gracias por compartir con nosotros sus experiencias, y es cierto lo que dice sobre el firmamento, hay veces que tenemos que contemplar la gran obra de Dios que está por encima de nosotros.
Le invito a que vea el blog de <"La Cofradía de la Pasión del Señor">. Su opinión es muy importante.
Dios lo siga iluminando y cuidando.
La semana santa me parece un buen momento para reflexionar. Espero que la Pascua te haya dado bríos para que puedas seguir con tus disquisiciones. Un abrazo.
Sin duda, los que somos de pueblo tenemos la gran suerte de poder parar, respirar y mirar al cielo para contemplar el firmamento llenito de estrellas. ¡Qué grande es el Señor! Es una de las cosas que más echo de menos. Aquí, en Madrid, por mucho que lo intentes, no puedes ver ni una sola estrella. Gracias por estas reflexiones me hacen valorar las pequeñas cosas que tengo.
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