sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
martes, 3 de marzo de 2009
Cuaresma, desvalimiento, fracaso, noche oscura, cruz...
Un compañero sacerdote comentaba ayer la situación de desvalimiento institucional en la que vivimos los sacerdotes: primero porque vivimos nuestro sacerdocio con muy pocos apoyos, desde la institución eclesial no se preocupan demasiado por nuestra vida, nuestros sufrimientos o alegrias, nuestras dificultades... también la sensación de ser poco escuchados y tenidos en cuenta en nuestras opiniones; en segundo lugar está la dificultad creciente por encontrar eco y acogida a nuestras proposiciones pastorales, que acrecienta esta sensación de fracaso, de que las cosas y las personas cambian (cambiamos) muy poco, que la fe se retira progresivamente de las personas y también de nosotros... La desilusión y la desesperanza aparecen inevitablemente en el horizonte...
En un reciente retiro se nos hablaba de "esa noche oscura" por la que todos los cristianos tenemos que pasar en nuestra experiencia de Dios, una noche oscura que propicia nuestra purificación de la fe. Quizás, todo esto nos lleva a identificarnos, durante esta Cuaresma, aún más con los sentimientos de Cristo, acogiendo la invitación de S. Pablo a "tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo" (Flp 2,5): Subir a Jerusalén con El, humillado, fracasado, despreciado, abandonado... esperando que nos permita participar también en su Gloria y Resurrección... Señor Jesús, ayúdanos!
Etiquetas:
Pastoral
Publicado por
Diario de un cura de pueblo
en
10:09
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