"El, que, siendo ultrajado no respondía con ultrajes siendo maltratado no amenazaba sino que se ponía en manos del que juzga con justicia" 1Pe 2:23
Ayer, cuando me dirigía hacia la iglesia, pasé delante de unos chavales, dos chicos y dos chicas de apenas 13 años, que estaban sacando chuches de una máquina expendedora. Les saludé, me respondieron al saludo, y después a unos 15 metros, oí que uno de ellos decía en voz alta: "Me cago en dios" en clara provocación hacia mi persona. Se me subió la sangre a la cabeza y estaba dispuesto a ir ante ellos a responderles, amenazarles o... Después de pensarlo un momento seguí mi camino sin tan siquiera volverme a mirarles... Luego en la iglesia, meditando en esto recordaba al Señor en su Pasión, y su actitud que recoge el pasaje de la carta de Pedro que cito al principio. Y disculpé al chaval pensando que además de su falta de educación y respeto quizá lo que había intentado es hacerse el gallito delante de las chicas, o simplemente burlarse de mí... Y por otra parte a quién agraviaba esa pseudoblasfemia? a Dios? No creo que a Dios le agravien los comentarios sino las actitudes de violencia y rechazo que mantenemos hacia nuestros semejantes...
Esta anécdota me ha hecho recordar otro "agravio-desagravio" que se pertrechó en nuestra diócesis hace unos años durante los últimos meses de estancia entre nosotros de nuestro Arzobispo Sebastian. Se habían publicado unas declaraciones de él, haciendo alusión a que sería bueno votar a partidos que defendiesen la doctrina y moral católica...esto es, a ciertos partidos de inspiración falangista... Justo en los sanfermines una peña sacó una pancarta con una caricatura del Arzobispo con su báculo del que un cristo levantaba la mano con el saludo fascista. Se convocó por parte del Arzobispado una Misa de desagravio a la que asistió el presidente del gobierno foral y varios cientos de personas... Pero a quién se agravió? a Dios o al Arzobispo? A los dos? Era necesario una misa para enfrentar los unos a los otros? porque la pretendida ofensa no era a Dios sino a las ideas personales del arzobispo sobre a quién había que votar.
De nuevo otro "agravio-desagravio" con la polémica del Cardenal Cañizares en Valencia. Una homilía en la que se mantienen opiniones personales sobre la ideología de género y "el imperio gay" como agentes que destruyen la familia. Y la reacción de cierto colectivo gay con un cartel de dos vírgenes besándose... Y la Misa y la manifestación de fieles para "desagraviar" a la Mare de Deu. Y de nuevo la utilización de lo religioso para salvaguardar la propia imagen o apoyar opiniones personales bajo la excusa de la ofensa a lo religioso...
Dónde queda aquello de "misericordia quiero y no sacrificios"? O aquello de "Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan... por mi causa?
Por no hablar de la consideración y respeto que merece el colectivo gay. Invocarlo como un "poder en la sobra" que conjura contra la familia, no parece muy racional. Si estos jerarcas sintiesen un poco de misericordia por el sufrimiento que arrastran tantos gays, marginados tantas veces por su entorno y por la sociedad, marginados por su iglesia... En muchos casos son los nuevos leprosos del evangelio.
Por cierto una idea para la iglesia de Madrid sobre manifestaciones y desagravios: Una manifestación en desagravio a los tres gays agredidos estos dias.
