martes, 6 de enero de 2009

De Magos de Oriente y laicismo


Esta fiesta de la Epifanía es para mí, la constatación de hasta qué punto el paganismo ha sido capaz de transformar los contenidos de nuestra fe, en folclore y fiesta del consumismo. Una fiesta que pretende celebrar la manifestación de Jesucristo a todos los hombres, la hemos convertido en la fiesta kitsch de unas personas que se disfrazan con ropajes de supuestos reyes, subidos en horrorosas carrozas, que cada día más se parecen a un carnaval de mal gusto, que reparten unos regalos que resulta que no son de ellos sino de los padres.... Uf, ¿es necesario todo este montaje para sacar una sonrisa a un niño? Porque la pregunta es: ¿qué les quedará a los niños de esta fiesta? ¿qué significado encontrarán, si nadie les explica que todo esto proviene de una tradición religiosa basada en el evangelio? No me atrevo a entrar en la cabeza de estos niños, como tampoco en los que hacen la primera comunión, ¿pensarán que nos hemos vuelto locos? ¿haciendo celebraciones de acontecimientos que no comprendemos ni en los cuales creemos?
En mi infancia no había Papa Noel, ni carrozas, ni reyes disfrazados...ni falta que hacía, se usaba la imaginación... y era mil veces mejor que ahora, se nos decía que los magos de oriente venían por la noche, para hacerlo más creible nuestros padres ponian capazos con paja y grano en el balcón para los camellos... y soñábamos con aquellos poderosos señores que eran capaces de venir a nuestro pueblo, a nuestra casa, para dejarnos aquellos humildes regalos... mandarinas, guirlache, algún tren de madera, el escalextric era ya un lujo, cajas de pinturas... Pero sobre todo conocíamos bien la historia de los Reyes Magos, porque se nos explicaba delante del Belén, rezábamos antes de la cena de Nochebuena, íbamos a misa todas las fiestas, y se respiraba un ambiente sobrio, cálido, sin muchas luces de colores, pero con una ilusión que brillaba en nuestro corazón como la estrella del evangelio. ¡Cómo esperábamos el día de Reyes! ¡Con qué ilusión nos levantábamos el dia de reyes
!, y ¡que alegria cuando veíamos que tambien se habian acordado de nosotros en casa de los abuelos!... Luego a Misa con los padres... Salíamos de la Navidad no cansados como ahora, ahitos de tanto comer, deseando entrar en dieta, y abotargados por los mensajes consumistas, sino sintiendo que habiamos pasado unos dias inolvidables...
Quizás la nostalgia del "cualquier tiempo pasado fue mejor" me traiciona... pero creo que estamos perdiendo, como en tantas cosas, el alma de lo que hacemos, como si nos quedásemos con lo superficial, huyendo de lo que da sentido a todo. Y lo preocupante es que esta manera de ver la vida y las cosas la estamos transmitiendo a las próximas generaciones.
Viendo las carrozas de mi pueblo, pensaba en esa sentencia que obligaba a retirar los crucifijos de un colegio en Castilla-León, y me preguntaba qué pasaría si una sentencia obligase a retirar los Reyes Magos porque forman parte de una religión... ¿lo uno si y lo otro no? ah, es que la cruz no la venden en el Corte Inglés y claro...
En fin, que Dios nos ayude a encontrar el camino que nos lleve a encontrarle y no equivoquemos el camino...

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