En su blog: Espacio para el Espíritu Juan Jáuregui elabora un precioso artículo sobre la humildad de Dios, que comparto completamente. Tuve una experiencia personal con esta humildad de Dios que me impresionó hace años:
"Hace años, tuve un sueño.... era una época en la que mi soberbia
alcanzaba las nubes: cuando pensaba que era mejor que nadie, que era
maltratado por mis superiores por no darme lo que yo creia que tenia
derecho, cuando veia que otros mucho mas mediocres que yo subían en el
escalafón, cuando la amargura se disfrazaba en los entresijos de mi alma
de cinismo... un dia soñé, soñé con Dios, le vi como un feto que se
empequeñecía y empequeñecía con las palmas de sus manitas dirigidas
hacia mi, y al despertar vino a mi conciencia la certidumbre de que
Dios es humilde y se aleja de todo lo que es soberbia y orgullo... desde
entonces intento empequeñecer mi superyo a ver si El se digna crecer en
mi...."
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