Saliendo de misa, saludo a una persona cuya hermana falleció después de una grave enfermedad en poco más de 9 meses. Le pregunto como está, y me contesta que le es muy difícil creer en Dios, que de hecho no puede creer después de vivir el sufrimiento que el cáncer le produjo a su hermana y a toda la familia... Comprendo que son momentos mas bien para acompañar en ese dolor, más que para entrar en disquisiciones, sólo le invito a considerar la cruz de Cristo, y a unir su experiencia al Señor, a pedirle luz y consuelo....
Después reflexiono en casa sobre esta situación. Me doy cuenta que la dificultad para creer que proclama esta señora no proviene tanto de la experiencia del mal que les ha golpeado, sino de la falta de fe que tenía antes. Me hubiera gustado preguntarle: ¿pero tú ya tenias fe antes de la enfermedad de tu hermana?. Porque creo que esa es la clave. De hecho creo que la experiencia del mal no es lo que suscita ateos, sino más bien la ignorancia sobre lo que significa la fe, el no haber tenido una buena iniciación y vida cristianas.
El grito desgarrador de Jesús en la cruz: "Dios mío por qué me has abandonado", no es el grito del que desespera ante el abismo de la nada, sino del Hijo que siente la ausencia del Padre. Jesús mantiene su confianza en el Padre, aunque el sufrimiento es, si cabe, más extremo. por esa ausencia que por el dolor de los clavos y lanza... .
sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
jueves, 21 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
Entre las nubes
Entre las nubes de este largo invierno,
va la luna creciendo
hasta hacerse Pan
que pronto se levantará
sobre mi pueblo,
y la primavera
que ya se siente
floreciendo en ese árbol de muerte,
que se levanta amenazador,
oscuro,
terrible,
pero que no puede ocultar
la luz luminosa del amanecer
que ya se vislumbra...
va la luna creciendo
hasta hacerse Pan
que pronto se levantará
sobre mi pueblo,
y la primavera
que ya se siente
floreciendo en ese árbol de muerte,
que se levanta amenazador,
oscuro,
terrible,
pero que no puede ocultar
la luz luminosa del amanecer
que ya se vislumbra...
martes, 12 de marzo de 2013
Via Crucis 2013
Esta
Cuaresma no haría falta ir a las iglesia para rezar el Viacrucis, y esta próxima
Semana Santa podrían quedarse sin salir las procesiones con sus pasos y sus
nazarenos. Porque nuestras calles,
plazas y casas, están ya llenas de viacrucis y procesiones.
Ahí
están, caminando a nuestro lado, cabizbajos, verdaderos nazarenos que llevan
sobre sus espaldas la cruz insoportable del desempleo, ¿no habrá un empresario
con cara de Cirineo que les eche una mano?.
Ahí están esas madres dolorosas que ven como sus hijos se desangran de
esperanza, gota a gota, lentamente, encerrados en sus casas porque quieren
esconder la vergüenza de su indigencia entre cuatro paredes. También hay Verónicas, cómo no, mayormente
abuelos y abuelas que estiran y estiran sus exiguas pensiones para ayudar a sus
hijos y nietos, y enjugar sus lágrimas...
Y
están también los que miran, los que sólo miran, y se lamentan, como aquellas
mujeres de Jerusalén, pero que no hacen nada, sólo dejar su queja en el
aire... Y por no faltar en esta
procesión, no faltan esos verdugos de nuestra economía y bienestar que día tras
día salen de sus madrigueras como serpientes, escupiendo su corrupción sobre
nuestras caras, como veneno que nos paraliza, haciendo más insoportable si cabe
el peso de la cruz, y dejándonos con la pregunta: ¿hasta cuando podremos
soportar tanta infamia? Mientras tanto, Pilato, Caifás, Anás, y hasta el
emperador, siguen en sus despachos, en sus poltronas, con sus cálculos
estadísticos, sus números, su ordenamiento, su convergencia, su "no hay
alternativa"... ajenos al sufrimiento... ¿ajenos? ¡No!: piensan quizá, que
es inevitable que cierto porcentaje de la población sufra "los daños
colaterales".
Sufrimiento,
dolor, tristeza, desamparo, son sólo palabras que no consiguen definir lo que
expresan esos rostros que vienen pidiendo a nuestras casas, instituciones, parroquias,
a nuestras Cáritas, buscando un agarradero para que la corriente de la pobreza
no les arrastre.
Muchos
están llegando ya al final del Calvario, y pronto serán crucificados. Me temo que pronto va a haber tantas cruces
que nuestro paisaje será eso, sólo eso: un inmenso Calvario.
¡Hagamos
que la Resurrección sea posible! ¡Luchemos por un mundo más fraterno, cada uno
desde sus posibilidades!
lunes, 11 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
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