Semana de grandes acontecimientos deportivos, políticos y mediáticos... Los del G7 en su party en los Alpes, hablando de cómo frenar a Putin, los Messi y Cía endiosados con la Tripleta, la Pantoja entrando y saliendo de prisión llenando billones de horas en la telebasura...
Con todo esto en la mente pensaba en el mensaje de Jesús de hoy, dirigiéndose a los discípulos que han escuchado el Sermón del Monte, sobre las Bienaventuranzas... Jesús les dice, "vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo". Como siempre Jesús provocandonos hasta los tuétanos, nosotros que tenemos puesta la mirada en la fuerza del poder, el brillo del dinero, las proezas deportivas... Jesús no tiene en cuenta para nada a esa gente... El se dirige a los discípulos casi analfabetos y pobres que le escuchan... Porque el verdadero cambio, la verdadera fuerza del cambio en nuestra vida no proviene del poder, del dinero ni de la fama, ni mucho menos de aquellos que la ostentan y a los que admiramos. El verdadero cambio viene cuando cada uno de nosotros aceptamos ser sal que realza el sabor de la convivencia, que purifica el mal que provocamos, que conserva lo bueno que tenemos. El verdadero cambio viene de las personas que cada día hacen su pequeña tarea, su pequeño trabajo, con honradez y honestidad, esa es la luz del mundo, aunque sólo sea Dios el que la vea y la aprecie...
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