Ha comenzado la campaña electoral. Los políticos y los medios de comunicación nos aturden con sus propuestas, que la mayoría de las veces tienen un contenido escaso, dejando el grueso del discurso a denigrar al contrario. Hay un movimiento ciudadano que pretende rechazar esta situación y a estos discursos que tratan a las personas como "ovejas" descerebradas y sin criterio, incapaces de pensar por si mismas.
Precisamente hoy el evangelio nos habla de ovejas y de un pastor, tan distinto a la mayoría de esos políticos que buscan ante todo sus intereses particulares o de partido, perpetuarse en sus poltronas y vivir a costa del ciudadanos. El evangelio de hoy nos propone un pastor, Jesucristo, que conoce a cada oveja por su nombre, las guía, las cuida como a las niñas de sus ojos, busca a la perdida y es capaz de dar la vida por sus ovejas.
¡Qué contraste entre el discurso político y el discurso de Jesucristo!. Entre las promesas de aquellos y las de Este. Ambos piden nuestra adhesión y entrega incondicional, pero sólo el Señor va delante de nosotros y no nos pide nada que antes El no haya realizado y nos haya dado.
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