martes, 22 de enero de 2008

Comunión 2

Me preocupa mucho cómo algunas personas se pueden estar viendo heridas en sus convicciones por las últimas polémicas y declaraciones de la Iglesia. Me refiero en concreto a esas personas que por circunstancias de la vida, no consiguen estar o vivir en "plena comunión" con la Iglesia: divorciados vueltos a casar, mujeres que han abortado, parejas y matrimonios homosexuales, padres que han pedido la intervención terapéutica con células madre para salvar la vida de algún hijo... me preocupa que a ellos, y a personas que no viviendo esa situación no la consideran pecado, les llegue solamente mensajes de exclusión y de condena por parte de la Iglesia. Y me pregunto si no se puede mantener el ideal de lo que en la Iglesia consideramos familia o simplemente vida cristiana, sin tener que condenar o excluir a los que no llegan a ese nivel.

En cierta reunión con un obispo, nos planteó que los homosexuales tienen una deficiencia pscológica, en definitiva que son enfermos. Más allá de que la OMS haya descartado que la homosexualidad sea una enfermedad, me pregunto quienes sómos nosotros para calificarles así y menos para excluirles. A aquel Obispo le dije: "Oiga Sr. y ¿Vd. ya puede asegurar que no tiene una deficiencia psicológica de otra índole?" porque quién de nosotros está libre de tener obsesiones, neuras, y trastornos como el autoritarismo, la obsesión del poder, orgullo, soberbia...
o es que la "deficiencia psicológica sexual" (supuesto que la homosexual lo sea) es mayor que la "deficiencia psicológica anímica"?

¿Cómo pues, mantener nuestro discurso ético sin que nadie se sienta excluido y condenado? ¿Cómo dejar claro que las actitudes pueden ser más o menos buenas para el hombre pero que la persona siempre es acogida y querida por Dios?

A aquél mismo Obispo y en aquella reunión, le dije que en mi opinión deberíamos intentar que en nuestros discursos se dejase traslucir siempre la misericordia y que de cada 10 veces al menos 9 fuesen siempre de bendición, acogida y perdón.... Al estilo de Jesús, ¡vamos!

7 comentarios :

PIR_ADO dijo...

buen post. Lo de no contar lo que le dijo el obispo supongo que no será gratuito..., Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo siempre he pensado que la iglesia deberia tener mas caridad hacia los más desfavorecidos y un sector de ellos son los homosexuales. No me importa si son enfermos o nó, lo que tengo claro que son personas como nosotros e hijos de Dios y que como tal Dios los quiere por igual, los acepta, los respeta. Por tanto yó tambien tengo y debo aceptarlos , quererlos y respetarlos y en eso la Iglesia deberia trasmitir a todos los que estamos en ella esos mismos sentimientos.
Mientras no sea consciente de esto la distancia entre lo que Jesucristo vino a anunciarnos y lo que hoy nos trasmite es cada vez más grande.

Anónimo dijo...

La Iglesia no practica lo que predica, de ahí la incoherencia que es lo que transmite. Se basa en amenazar, excluir y condenar a todo aquél o aquello que es diferente ¿cuál es el miedo que tiene la Iglesia?
Resulta curioso el mensaje para los comentarios de este blog: Por favor, que tu comentario sea constructivo, sobretodo viniendo de un representante de la Iglesia. Sería un buen punto de partida para sus representantes en la tierra: antes de hacer decaraciones públicas, manifestaciones, discursos... por favor, sean constructivos, GRACIAS.

Anónimo dijo...

Enhorabuena.

Creo que hace falta tener valor para decir las cosas tan claras perteneciendo a un colectivo tan anclado en el pasado como lo es la Iglesia Católica.

Te la estás jugando, y eso lo tenemos que valorar los que no estamos dentro de la Iglesia y sufrimos como espectadores las incoherencias, exclusiones y barbaridades que desde ella se dicen.

Tu blog está lleno de esperanzas de renovación y de futuro para los católicos españoles y, sobre todo, para los que no lo somos.

Creo que para nosotros, los que hemos perdido la fe pero la seguimos respetando, aún nos queda algo de esperanza en que la opinión mayoritaria cambie y se acerque más a la realidad cotidiana.

PIR_ADO dijo...

Me he puesto a investigar un poco el concepto de misericordia. La wiki, le dedica una entrada sencilla pero ya se sabe lo bueno de la wiki, que te pone en órbita para ir más lejos. Próxima estación, Juan Pablo II y su encíclica Dives in Misericordia. Aquí ya se me ha encendido la bombilla y he pensado en misericordia como empatía. No hace demasiado tiempo, en una lista de correos con la psicología como tema, hubo una discusión cruzada entre la figura de los curas y la de los psicólogos, con posturas encontrando puntos en común y en contra.
Tal vez tu experiencia te de para un post que estoy seguro que resultará muy interesante. Saludos.

alter-ego dijo...

Hola padre,yo a los homosexuales se que también son hijo de Dios,pero no comparto que tengan hijos o se casen por la iglesia,pero los acepto como uno más si ellos quieren estar juntos ¿por que no?

la familia es hombre y mujer y tener hijos los dos y no entre hombres o mujeres.

Yo como catolico sigo la doctrina de la Santa Iglesia,los protestantes,evangelistas,etc,etc.siguen con su doctrina,pero que no por interes se vaya a cambiar la doctrina.

Yo les respeto y los voy a tratar como cualquier ser humano y hijo de Dios.

Ya ajustará cuentas con Nuestro Señor.

Carlos Sz dijo...

Enhorabuena por esta entrada. Está llena de sensatez, humildad y sabiduría. Ójala fuesen los curas de pueblo (como se hacía llamar Juan XXIII)los que ocupasen las jerarquías eclesiásticas españolas de hoy. La homosexualidad, pienso, no es una enfermedad. Son hijos de Dios tan queridos como el resto de humanos. Jesús, trató con prostitutas, leprosos, excluidos sociales. Y si viviera hoy en día, casi seguro que no tendría ningún problema para tratar con homosexuales.

Un abrazo, Padre.

PD. Le dejo la dirección de mi blog, por si le apetece echar un vistazo. También es de temática cristiana.

http://www.altercadiz.blogspot.com