sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
martes, 29 de enero de 2008
Cigüeñas
Al fin, después de un año de papeleos, el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra nos ha permitido retirar el nido de cigüeñas de la torre de la Iglesia. La verdad es que estaban ocasionando graves desperfectos en el tejado de la Iglesia, además del peligro para los viandantes pues con sus patas estaban tirando tejas. Hoy hemos procedido a retirar el nido y arreglar el tejado, poniendo un sistema para evitar que vuelvan a anidar ahí, esperando que funcione y que nos veamos libres de ellas. Es estupendo el control que ejerce el Departamento de Medio Ambiente, nos han enviado a un técnico para vigilar que no hacíamos daño a las cigüeñas y para mirar si había algún huevo y recogerlo, pues estos animales están considerados como especie protegida.
Pero inevitablemente mientras estaba mirando cómo hacían este trabajo, pensaba en si los seres humanos ejercemos la misma protección sobre nosotros mismos, y recordaba especialmente a los abortos. A esos "seres humanos" (perdón por las comillas) que son privados de la vida en el seno de sus madres. ¿Ya vigilamos suficientemente que se cumpla la ley actual sobre el aborto? los casos de Barcelona nos hacen temer lo peor... y si somos capaces de desplegar tanta burocracia y cuidado para proteger a las cigüeñas y sus huevos, ¿los seres humanos no nos merecemos otro tanto?. Es fácil hacer demagogia con este tema tan polémico, pero creo que hasta la más furibunda feminista no podrá dejar de tener alguna duda de que realmente el aborto pueda ser un asesinato encubierto. Por eso, ante la duda, ¿no merece la pena que hagamos todo lo posible para evitarlo? no hablo ya de convicciones políticas, éticas y religiosas, sino de la prudencia ante algo tan importante como es la vida. De aplicar el sentido común y buscar todas las soluciones posibles para evitar el aborto.
Creo que necesitamos hablar de esto, volver a abrir espacios públicos y mediáticos para informarnos de las distintas posturas, sin insultos, sin amenazas, intentando comprender, ofreciendo soluciones efectivas... Personalmente me horroriza que en España se estén practicando 100.000 abortos anuales con lo que eso pueda significar...
martes, 22 de enero de 2008
Comunión 2
Me preocupa mucho cómo algunas personas se pueden estar viendo heridas en sus convicciones por las últimas polémicas y declaraciones de la Iglesia. Me refiero en concreto a esas personas que por circunstancias de la vida, no consiguen estar o vivir en "plena comunión" con la Iglesia: divorciados vueltos a casar, mujeres que han abortado, parejas y matrimonios homosexuales, padres que han pedido la intervención terapéutica con células madre para salvar la vida de algún hijo... me preocupa que a ellos, y a personas que no viviendo esa situación no la consideran pecado, les llegue solamente mensajes de exclusión y de condena por parte de la Iglesia. Y me pregunto si no se puede mantener el ideal de lo que en la Iglesia consideramos familia o simplemente vida cristiana, sin tener que condenar o excluir a los que no llegan a ese nivel.
En cierta reunión con un obispo, nos planteó que los homosexuales tienen una deficiencia pscológica, en definitiva que son enfermos. Más allá de que la OMS haya descartado que la homosexualidad sea una enfermedad, me pregunto quienes sómos nosotros para calificarles así y menos para excluirles. A aquel Obispo le dije: "Oiga Sr. y ¿Vd. ya puede asegurar que no tiene una deficiencia psicológica de otra índole?" porque quién de nosotros está libre de tener obsesiones, neuras, y trastornos como el autoritarismo, la obsesión del poder, orgullo, soberbia...
o es que la "deficiencia psicológica sexual" (supuesto que la homosexual lo sea) es mayor que la "deficiencia psicológica anímica"?
¿Cómo pues, mantener nuestro discurso ético sin que nadie se sienta excluido y condenado? ¿Cómo dejar claro que las actitudes pueden ser más o menos buenas para el hombre pero que la persona siempre es acogida y querida por Dios?
A aquél mismo Obispo y en aquella reunión, le dije que en mi opinión deberíamos intentar que en nuestros discursos se dejase traslucir siempre la misericordia y que de cada 10 veces al menos 9 fuesen siempre de bendición, acogida y perdón.... Al estilo de Jesús, ¡vamos!
En cierta reunión con un obispo, nos planteó que los homosexuales tienen una deficiencia pscológica, en definitiva que son enfermos. Más allá de que la OMS haya descartado que la homosexualidad sea una enfermedad, me pregunto quienes sómos nosotros para calificarles así y menos para excluirles. A aquel Obispo le dije: "Oiga Sr. y ¿Vd. ya puede asegurar que no tiene una deficiencia psicológica de otra índole?" porque quién de nosotros está libre de tener obsesiones, neuras, y trastornos como el autoritarismo, la obsesión del poder, orgullo, soberbia...
o es que la "deficiencia psicológica sexual" (supuesto que la homosexual lo sea) es mayor que la "deficiencia psicológica anímica"?
¿Cómo pues, mantener nuestro discurso ético sin que nadie se sienta excluido y condenado? ¿Cómo dejar claro que las actitudes pueden ser más o menos buenas para el hombre pero que la persona siempre es acogida y querida por Dios?
A aquél mismo Obispo y en aquella reunión, le dije que en mi opinión deberíamos intentar que en nuestros discursos se dejase traslucir siempre la misericordia y que de cada 10 veces al menos 9 fuesen siempre de bendición, acogida y perdón.... Al estilo de Jesús, ¡vamos!
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19:54
viernes, 18 de enero de 2008
Confirmación
Acabo de subir de estar con las catequistas y los chavales de la confirmación. A instancias de ellas, he pedido a los confirmandos un poco más de seriedad y participación. Recordándoles el compromiso que adquirimos todos al comienzo del curso: asistencia, puntualidad y participación en las catequesis y asistencia a las eucaristías dominicales.
Llevo ya casi 15 años de cura, y la catequesis de confirmación ha estado ahí siempre como un reto para mi y, por lo que conozco, para todos mis colegas. Ahí están las preguntas de siempre: ¿por qué piden el sacramento unos chavales que no manifiestan ningún interés por ser cristianos? ¿por qué sus padres y las comunidades cristianas consentimos esta situación? ¿por qué año tras año constatamos la ineficacia de estas catequesis y no hacemos nada para remediarlo?... Año tras año, en casi todas reuniones de curas sale este problema y año tras año revisamos, discutimos, proponemos nuevos métodos.... pero la cosa sigue igual.
Por terminar con una sonrisa recuerdo el chiste que un amigo cura contaba a menudo:
"Resulta que cierto cura de un pueblo tenía problemas con unas palomas que le entraban por unos huecos del techo de la iglesia, y otro sacerdote viendo la preocupación que tenía le propuso una solución diciéndole: mira, tú llama al Obispo para que venga a confirmarlas y verás como ya no aparecen tus palomas por la iglesia" ;-
Bueno, no sé si el chiste es exactamente así, pero se comprende la gracia, ¿no? jejeje
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20:59
martes, 15 de enero de 2008
Donantes de sangre
Ayer estuve donando sangre, es de las cosas de mi vida que más orgulloso estoy. Un gesto sencillo y tan importante para la vida de los demás, un gesto tan profundamente cristiano ... Me gusta sentarme en ese autobús, rodeado por gente que está haciendo lo mismo, gente que en varios casos no veo nunca por la iglesia, y que me hace constatar aquello de que "El Espíritu sopla donde quiere", asistidos por un personal de enfermeria muy amable, preocupados de que todo vaya bien.
Ayer mientras estaba tumbado viendo como salía la sangre de mi vena, pensaba en esa o esas personas que la recibirán: un accidentado, una parturienta, un enfermo en fase terminal.... y pedía a Dios que mi humilde gesto, El lo multiplique en bendiciones y salud para ellos.
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9:48
viernes, 11 de enero de 2008
Comunión 1
Se habla mucho estos días, en los medios de comunicación y también en las casas y en reuniones de gente, sobre la “pelea” entre la Iglesia y el gobierno a raíz de la manifestación de Madrid, propiciada por algunos obispos, en defensa de la familia.
He escuchado (y leído en blogs y periódicos) manifestaciones de cristianos que no se identifican con esa manifestación a favor de la familia, ni con la opinión del magisterio sobre las relaciones sexuales prematrimoniales, el matrimonio homosexual, el divorcio express o la investigación terapéutica con las células madre. También he escuchado y leído comentarios del otro signo, viniendo a decir que el que no está con lo que dice la jerarquía no está en comunión con la Iglesia… etc. Para colmo, el gobierno en sus comentarios defendiendo su actuación en la presente legislatura, incide en esa división que existe en el seno de la Iglesia… Por eso me pregunto: ¿existe realmente esa división en el seno de la Iglesia? ¿los que no comulgan con esos principios éticos del magisterio antes expuestos, están realmente fuera de la Iglesia? ¿no está la conciencia por encima de todo? ¿cómo permanecer en la Iglesia si en conciencia uno piensa por ejemplo que las relaciones homosexuales no son pecado?... ¿La comunión con el magisterio es el principio sobre el que evaluar la comunión eclesial? ¿Es que no se podría mantener la comunión con los principios básicos del evangelio recogidos en las bienaventuranzas y en el Credo y dejar el resto a la conciencia personal, eso si, asumiendo que lo dicho por el magisterio tiene una importancia capital para la formación de la conciencias?
Para aprender más:
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20:05
jueves, 10 de enero de 2008
sábado, 5 de enero de 2008
La Navidad no me gusta
¡Menos mal que ya se acaba la Navidad!
La Navidad no me gusta por toda esa parafernalia de publicidad y consumismo con que se nos torpedea desde todos los medios de comunicación. Y aquí si que tendriamos que decir que el paganismo nos ha ganado la partida como en tantas otras ocasiones. Comprar, gastar, consumir, disfrutar, comer y comer y comer más aún, trasnochar, beber, jugar.... ¿Dónde queda un poco de tiempo para verbos como reflexionar, solidarizarse, descansar, tranquilizar, pacificar, alegrar, participar, escuchar, mirar, sentir, convivir...
La Navidad no me gusta por toda esa sensibleria y sentimentalismo barato que se destila como un narcótico que nos adormece... la nostalgia de la infancia, el recuerdo de otras navidades que sólo en la memoria son siempre mejores, la necesidad de expresar sentimientos amistosos mediante felicitaciones casi siempre vacías, los deseos del nuevo año que nunca se realizan, la profusión de belenes que a menudo infantilizan el mensaje cristiano...
La Navidad no me gusta pastoralmente hablando, porque parece como si la vida parroquial se detuviese... los niños y adolescentes no tienen catequesis, y creen que las vacaciones del colegio se extienden tambien a su participación y asistencia a la eucaristia, los grupos de catequesis de mayores y de cáritas, tambien participan de este estado vacacional...
¿Cómo vivir la Navidad con autenticidad cristiana en esta sociedad en la que vivimos?
¿Retirándose a un monasterio? ¿tirando la TV por la ventana? ¿dando la Visa a un amigo con el juramento de que durante un mes la guarde en un sitio desconocido?...
No, la navidad no me gusta...
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12:11
miércoles, 2 de enero de 2008
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