sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Orante anónimo...
Ayer, media hora antes de misa, la iglesia vacía, hace frío y niebla, la gente aprovecha hasta el último minuto antes de salir de casa.... pero no, en el último banco hay un hombre joven, arrodillado, desconocido para mí... ¿será un transeúnte? ¿será un gamberro? ¿será un despistado de una noche larga de alcohol?... el hombre sigue arrodillado, con la cabeza entre sus manos, de las que parece colgar un rosario... qué extraño! me dan ganas de felicitarle la Navidad, o de preguntarle qué tal está... pero no quiero interrumpir esa oración evidentemente tan fervorosa... falta 10 minutos.. empieza a entrar gente... el bullicio de los niños que vienen a representar el evangelio... y de repente el desconocido ha desaparecido... y me quedo con las ganas de saber quien sería... ¡es tan poco corriente ver a alguien rezando de esa manera!...
Etiquetas:
Pastoral
Publicado por
Diario de un cura de pueblo
en
17:20
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