sacerdote navarro en medio rural, deseoso de compartir la fe, experiencias y vida
viernes, 21 de diciembre de 2007
Taller de Pastoral
Ayer, como todos los meses, tuvimos una reunión del Taller de Pastoral algunos de los sacerdotes de la Ribera. Llevamos reuniéndonos varios años, no vamos todos los sacerdotes que formamos parte de la Zona, pero personalmente creo que es de los ámbitos más interesantes y fructíferos con los que hoy contamos en la iglesia de Navarra. En estos talleres vamos desgranando poco a poco, diversas actividades pastorales, intentando llegar a acuerdos con una mínima operatividad común. Hemos conseguido hacer una programación para la catequesis prebautismal, también hemos preparado una estructura posbautismal de evangelización de los padres. Este año estamos con el catecumenado de adultos y el sacramento de la confirmación. Yo comprendo que algunos compañeros se impecienten, porque quizás encuentran poco eficaces las conclusiones, incluso comprendo que las delegaciones se impacienten también por su interés en sacar proyectos nuevos... Pero para mí, lo mejor del taller, es la posibilidad de hablar, discutir, plantear y posibilitar en definitiva, la comunicación entre nosotros. Una comunicación sin tapujos, sin censuras que a veces, es cierto, se convierte en un desahogo personal pero que al menos nos sirve para comprender mejor que todos tenemos los mismos retos y dificultades.
Y hablando de retos y dificultades, constatamos el abismo que se abre cada vez mayor, entre nuestras intenciones de evangelización y la respuesta que recibimos por parte del pueblo. Es como si la gente "huyese" literalmente de una iglesia-institución, como si no quisiesen saber nada de compromisos, interesados sólo en unos servicios religiosos... Nosotros queriendo dar evangelio, algo que ellos no demandan... Es como si las ovejas se vengasen de su pastor: siglos imponiendoles los sacramentos, ahora se vengan imponiendonos ellos los sacramentos pero sin evangelización..
A veces (a menudo) la situación es desesperante cuando no, conflictiva.
Ayer, volviendo a casa, pensaba en que son tantas y tan grandes las dificultades para evangelizar que tenemos, que sólo estaba en manos de Dios, marcarnos los caminos de salida a estas situaciones... Creo que yo al menos, muchas veces, necesito situarme bien en la realidad de lo que es la comunidad cristiana concreta a la que sirvo. Quiero decir que mentalmente es importante que nos situemos en la poca importancia, influencia y respuesta que tenemos . Porque nuestros discursos, nuestros proyectos tienden a lo grandilocuente, a pensar que todavia guardamos ascendiente sobre todos los bautizados,... pero la realidad es mucho más pobre y humilde. Como lo es mi capacidad para evangelizar. Dios mío, ayúdame! ayúdanos! a no defraudar las espectativas que pusiste en nosotros...
Etiquetas:
Pastoral
Publicado por
Diario de un cura de pueblo
en
20:33
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